martes, 30 de abril de 2013

Todo está guardado en la memoria

 12 de abril


          Hoy, los docentes nos pusimos el delantal para recibir a nuestros peques, a nuestros pibes, nuestros chicos… Para poder dar lugar a la palabra, esa palabra que en este momento es tan difícil encontrar, para adultos y niños; esa palabra que busca un nombre a todo lo que vivimos, vimos, sentimos y escuchamos.

           Unos minutos antes de abrir las puertas los docentes estábamos allí, emocionados, conmovidos por el reencuentro, después de 12 días de lo que se suponía iba a ser un fin de semana largo.

           Después de la inundación tratamos y pusimos todos los medios para estar en contacto, entre personal docente, no docente y alumnos, y saber cómo estábamos y quién necesitaba una mano para ir a dársela.

          Sabíamos que hoy no iba a ser un día fácil, y nos encontramos con nuestros niños sin poder evitar las lágrimas en los ojos, los abrazos fuertes, la tristeza, nos encontramos con el consuelo que supimos ser un equipo, que nos habíamos conectado y ayudado entre todos.

           Hoy, era el tiempo de escucharlos, era el tiempo de darles un lugar a ellos, y así armamos rondas en las aulas, espacios para no abrir carpetas y poner nuestros oídos al servicio de ellos. El equipo directivo, junto al equipo de gabinete, nos y los contuvo, y trabajó en detectar las necesidades más urgentes de nuestros alumnos.

          Nosotros compartimos con ellos el diálogo, la Facultad de Psicología y el Colegio de Psicología de La Plata nos acompañó con el objetivo de aliviar y prevenir las secuelas de la catástrofe orientadas a la prevención. Ellos pasaron las más diversas situaciones, hay niños que perdieron familiares, hay niños que fueron rescatados con el agua a la altura del hombro, niños que perdieron todo, niños que vieron personas fallecidas y niños que no fueron damnificados. Y todos fueron hoy escuchados. Compartimos lo vivido.

           Los profesionales planificaron actividades en las que invitaban a los niños a dibujar en grupo sobre los aspectos de la inundación.

         Y nos sorprendió ver como lo que más se escuchaba en casi todos, a pesar de lo trágico, era la ayuda de la gente, de los vecinos, los niños de esto resaltaron la solidaridad, la ayuda desinteresada. Los dibujos dicen mucho. ¡ Y cuántas cosas podríamos escribir sobre las sensaciones y vivencias de hoy!

          Pero un dibujo creo resumió muchas de esas palabras. Un ojo, que llora lágrimas y sangre. No hay nada más en el afiche y una leyenda que dice “en memoria de los que murieron el 2 de abril de 2013”. Los chicos que lo hicieron dijeron que era un homenaje a esos que perdieron la vida o perdieron todo.

         Esa imagen, resume seguramente, mucho de lo que sentimos. Pensamos que el dolor que hoy nos une como Comunidad Educativa debe fortalecernos para ayudarnos para ir para adelante.
         Aprendamos de nuestros niños, que en su ojo dibujado, resumieron la tragedia en: dolor, abandono, sufrimiento pero atravesado por solidaridad. Sigamos sumando manos, voces y oídos para una solidaridad no perecedera.

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